Durante los primeros años del bebé, su seguridad depende principalmente de los padres así como de las personas adultas de las que está al cargo. El entorno de mayor riesgo es su propio hogar y la guardería, los más habituales durante los primeros años de vida.
Tanto los progenitores como las cuidadoras de centros infantiles, deben ser conscientes de los riesgos, debido a su escasa autonomía.
Hasta que el bebé comienza a caminar, a partir del primer año, su capacidad de movimiento es limitada. Sin embargo, alcanza con sus manos objetos y se lleva todo a la boca. El gateo le permite además no sólo desplazarse sino también subir y bajar escaleras.
El bebé no cuenta con sensación de peligro y su curiosidad por explorar le pone en peligro.
Los accidentes más frecuentes durante los primeros años de vida son:
Caídas / Intoxicaciones / Quemaduras / Atragantamiento o asfixia por objetos
Precauciones para la prevención de caídas
La cuna en la que duerme el bebé debe contar con barrotes altos y próximos entre sí. Asimismo, en caso de cunas abatibles, es fundamental que la barrera esté subida cuando el niño está en su interior.
No deben dejarse nunca en la cuna peluches, juguetes o almohadas que el bebé pueda utilizar a modo de escalón para salir de la cuna.
Cuando los niños comienzan a dormir en una cama individual, es necesario instalar barreras de seguridad a modo de protección ante posibles caídas.
Siempre atar los anclajes de la silla de paseo del niño.
Prestar atención a alfombras, cables o juguetes que puedan suponer un obstáculo en el suelo y provocar caídas.
La superficie de la bañera ha de ser antideslizante, se pueden fijar almohadillas adhesivas de goma para evitar caídas. También se pueden instalar pasamanos como sujeción para entrar y salir de la bañera.
NUNCA se debe dejar a un niño sólo en la bañera.
Los suelos deben estar secos cuando hay niños en casa.
Si la casa cuenta con escaleras se deben instalar barandillas con barrotes próximos entre sí, para impedir el acceso a los pequeños. Asimismo, se debe prestar atención a que el pequeño no pueda trepar la barandilla gracias a objetos próximos.
Instalar seguros de protección en ventanas.
Los cambiadores deben ser cóncavos y con laterales seguros. NUNCA debe dejarse al bebé sólo sobre un cambiador.
Mantener fuera del alcance del niño cualquier herramienta cortante o punzante. Tenedores, cuchillos, botellas de cristal o tijeras se guardarán en armarios bajo llave o a una altura que los niños no puedan alcanzar.
Tanto la lavadora como la secadora deben contar con un dispositivo de parada automática cuando el niño intente abrirlas o un bloqueo que impida su apertura.
Poner protectores de goma en muebles u objetos de decoración que sean puntiagudos o punzantes.
Los pequeños electrodomésticos no deben ser accesibles al menor. Utensilios como picadoras, batidoras o ventiladores suponen una serie de riesgos a los que los niños no deben estar expuestos.
Precauciones para la prevención de quemaduras
Comprobar la temperatura del agua antes de bañar al niño. Se puede hacer introduciendo el codo o mediante un termómetro. La temperatura nunca debe superar los 37 grados. Es aconsejable empezar a llenar la bañera primero con agua fría.
Guardar cerillas y mecheros siempre bajo llave y en lugares no accesibles para los niños.
Alejar a los niños de fuentes de calor como radiadores, estufas o chimeneas. Se pueden instalar muebles para los radiadores con rejillas o protectores para las chimeneas.
Instalar un detector de humo en la vivienda.
Mantener al niño alejado de líquidos calientes.
Vigilar estrechamente al niño cuando el horno de la cocina esté en funcionamiento, impedir que pueda contactar con la puerta exterior del mismo.
Evitar calentar el biberón en el microondas porque el calentamiento de la leche se hace de forma irregular. Comprobar siempre la temperatura del mismo antes de su administración (mediante el goteo de la leche en la parte interior de la muñeca).
Instalar protectores en todos los enchufes de la casa.
Mantener al niño alejado de aparatos eléctricos, prestar especial atención a la plancha.
Dejar los mangos de satenes y cazos siempre hacia dentro de la encimera, evitando que el niño pueda acceder a ellos porque sobresalgan.
Cómo se pueden prevenir las intoxicaciones
Mantener fuera del alcance del niño:
Medicamentos, Productos de limpieza, Insecticidas, Abonos y Otros productos tóxicos.
Utilizar armarios con sistemas de seguridad para guardar los productos tóxicos y los medicamentos.
Guardar los productos tóxicos en su embalaje original, ya que puede aportar información muy útil en caso de intoxicación.
Confirmar siempre que los productos y envases están bien cerrados.
Hablar con el niño sobre el peligro de manipular este tipo de productos tóxicos por el riesgo de intoxicación.
En el caso de medicamentos, explicar al menor que sólo deben administrarse por parte de un adulto y en caso de enfermedad. Por otro lado, advertirles de las graves consecuencias que puede tener una intoxicación por medicamentos.
Cómo prevenir la asfixia o el ahogo por atragantamiento
No introducir la alimentación sólida al niño hasta que lo recomiende el pediatra.
Jamás introducir alimentos en la boca del menor cuando esté riendo, llorando, corriendo o saltando.
Hay que enseñar al niño a masticar despacio y darle trozos pequeños de comida.
Deben evitarse, durante los primeros años de edad del niño, los frutos secos con los que puede atragantarse, así como caramelos, aceitunas o frutas con hueso.
El adulto debe dar ejemplo evitando conductas de riesgo. Por lo tanto, no sujetar con la boca alfileres, clavos o agujas, ya que los pequeños suelen imitar a los adultos.
Mantener alejadas del alcance de los niños las bolsas de plástico. Pueden introducirlas en la cabeza y asfixiarse, de esas forma evitaremos accidentes infantiles que pueden resultar letales.
Evitar cadenas, lazos o cuerdas en el cuello del bebé. El riesgo es todavía mayor cuando el niño duerme, eliminaremos de esta forma el riesgo por estrangulamiento.
Comprar sólo juguetes homologados y que hayan pasado los controles de seguridad oportunos. Usar los juegos que sean adecuados para su edad y evitar aquellos que contengan piezas pequeñas con los que el pequeño se pueda atragantar o asfixiar.
Última actualización: 27/05/2019
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